Gracias al cambio de mentalidad de la sociedad en la que vivimos es más habitual conocer a personas que sufren un trastorno de personalidad. Sin embargo, pese a que se esté concienciando cada vez más de la existencia de estos trastornos, es muy difícil encontrar pautas y recomendaciones que nos ayuden a saber actuar correctamente con estas personas.
Es por ello, que en este artículo de Psicología-Online, abordamos el tema Cómo convivir con alguien con trastorno de personalidad. Donde queremos presentaros los distintos tipos de trastornos existentes y cómo fomentar una adecuada convivencia con ellos. Facilitando estrategias para poder actuar cuando su comportamiento patológico se encuentra presente.
Según encontramos definido en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), un trastorno de personalidad es un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto.
Existen un total de diez trastornos de personalidad específicos agrupados en lo que se conoce como clusters, de los cuales se hablará más adelante. Además, también son descritos en el manual otros tres trastornos no agrupados. Estos son el cambio de personalidad debido a otra afección médica, el trastorno de personalidad especificado y trastorno de personalidad no especificados.
Las características comunes a todos los trastornos de personalidad es son patrones de comportamiento estables en el tiempo que se inician en la adolescencia o edad temprana y que dan a lugar a un malestar o deterior en vida de quien lo presenta. Estas características son requisitos para el diagnóstico de un trastorno de personalidad.
De manera global no podemos dar una serie de recomendaciones específicas para tratar con alguien que sufre un trastorno de personalidad puesto que cada persona es completamente diferente y puede cumplir una serie de criterios diagnósticos que otra no.
Por ello recomendamos informarnos adecuadamente sobre el trastorno de personalidad de la persona y hablar con un especialista que nos puede explicar que rasgos posee y cómo podemos actuar de manera correcta frente a su comportamiento.
Es importante saber que los trastornos de personalidad consisten en rasgos de personalidad desadaptativos. Es decir, la forma de pensar, sentir y comportarse de las personas con un trastorno de la personalidad no es la habitual y supone mucho malestar para ellas. Además, la personalidad es estable, por lo que persona no puede cambiar drásticamente su forma de funcionar de un día para otro. Por tanto, los trastornos de personalidad no se curan como tal. Sin embargo, mediante la terapia psicológica se puede comprender el origen de los rasgos de la personalidad, tomar consciencia de los que son beneficiosos y los que no para uno mismo y para los demás y, así, aprender a regularlos.
Por tanto, las tres cosas esenciales sobre cómo tratar a una persona con trastorno de la personalidad son:
Dentro de este primer cluster encontramos tres trastornos, donde los sujetos tienden a parecer raros o excéntricos. Estos tres patrones tienen como punto en común la desconfianza de la que parten las personas que lo padecen. Tienden a sufrir una preocupación constante por el mundo que les rodea.
El trastorno de la personalidad paranoide se caracteriza por un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
Para aquellas personas con personalidad paranoide, se recomienda explicarles cuidadosamente lo que está ocurriendo cuando sentimos que empiezan a preocuparse, ya que pueden llegar a crear teorías conspiratorias contra ellos. Al contrario de los otros dos trastornos, en este no existen delirios, es decir, que aquellos temas que les preocupan podrían ser totalmente racionales y veraces.
El trastorno de la personalidad esquizoide consiste en un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional.
En la personalidad esquizoide se parte con la desventaja de que aquella persona que padece el trastorno no es consciente de ello, ya que este no les implica dificultad alguna en su día a día. Tienden a aislarse de todo lo que les rodea hasta un punto patológico, por lo que se recomienda que de manera progresiva se le ayude a reforzar las relaciones interpersonales con las personas que les rodean, sean estas con familiares, con compañeros de trabajos, etc.
El trastorno de la personalidad esquizotípico consiste en un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones perceptivas y excentricidades del comportamiento.
En el trastorno de personalidad esquizoide de nuevo se encuentra un patrón de anosognosia, es decir, no son conscientes del trastorno que padecen. En estos casos se recomienda a las personas que conviven con ellos el animarles a acudir a un especialista, pues es posible que necesiten de tratamiento psiquiátrico debido a los delirios que puede llegar a originar el trastorno.
En este grupo son característicos aquellos sujetos que suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables:
Estas personas tienen la característica de ser bastante impulsivos sin importar las consecuencias de sus actos, por lo que es muy importante establecer una serie de límites en su comportamiento. Esto hará que vea cuales de sus comportamientos pueden ser aceptados y cuales no.
Algunas veces, las personas con trastorno de personalidad del cluster B tienden a reaccionar diciendo comentarios hirientes como forma de expresar sus emociones. Por ello es muy importante que no se tomen estos comentarios de forma personal, ya que se trata de su forma de expresión.
Por último, hay que saber que estas personas pueden llegar a amenazar con autolesionarse para que se les permita sobrepasar los límites establecidos cuando hay algún acto que quieren realizar y se les impide. Se recomienda llamar a la Línea de Prevención del Suicidio o a los servicios de emergencia, ya que sí que es posible que lleguen a realizar dicho comportamiento. Aquí encontrarás más información sobre la prevención y el manejo de la conducta suicida.
Por último, en este grupo encontramos a sujetos caracterizados por ser ansiosos o temerosos:
Las personas incluidas en este grupo tienden a desarrollar sentimientos de inferioridad. En el primero de los trastornos, la persona tiene como comportamiento principal evitar relacionarse con gente nueva. A su vez, se encuentra constantemente preocupada por sus limitaciones y por el que dirá la gente que les rodea sobre ella. Es muy adecuado ayudarles a comprender y gestionar su ansiedad cuando empiezan a tener dichos pensamientos, así como el fomentarles la creación de nuevas relaciones y aumentar su autoestima.
Una personalidad dependiente tiene una necesidad constante de recibir cuidados de aquellos que les rodean. Suelen ser muy sumisos por lo que las personas con las que conviven tienden a sentir que todas las decisiones recaen sobre ellas. Puesto que tiene temor a perder a aquellos que les rodean acceden a realizar cualquier cosa que se les pida, por lo que esto puede llegar a poner en riesgo su salud e integridad física en algunos casos. Se recomienda a las personas que conviven con ellas que de manera progresiva les introduzcan responsabilidades que salgan de lo que se conoce como su zona de confort, así como a que se les anime a realizar algunas actividades de manera independiente, fomentando de esta manera un aumento de su confianza.
Este puede ser un trastorno que dificulte bastante la convivencia, pues las personas que lo padecen tienen tres necesidades básicas que requieren cumplir durante todo el día, estas son: el control, la seguridad y la aprobación. Necesitan planificar y revisar todo lo que hacen, además siempre tratan de justificar su comportamiento como una búsqueda del perfeccionismo. Puesto que cuando estas personas no consiguen realizar las acciones que sienten necesarias su ansiedad aumenta, se recomienda a las personas que conviven con ellas tratar de aliviar su ansiedad. Para ello, es muy positivo explicarles que no va a ocurrir nada si no cumplen con la compulsión (impulso o deseo de hacer una cosa) que padecen. Pero siempre hacerlo desde la comprensión y sin juzgarlos, ya que si se sienten atacados puede aumentar su sintomatología.
Por último, debido a la dificultad que puede llegar a suponer convivir con alguien que padece un trastorno de personalidad, sea del cluster que sea, se recomienda que las personas acudan a un especialista para también poder expresar sus emociones ya que el trastorno de esa persona puede afectar también tu estado emocional.